viernes, 4 de marzo de 2011

El trono del Espíritu Santo

Con relación al Espíritu Santo, muchos se preguntan: ¿Será que el Espíritu Santo no tiene trono? La respuesta se halla en el santuario. Apocalipsis 1:12 dice Juan vio a Cristo en medio de los siete candeleros de oro. Estos candeleros representan a las siete iglesias ( Apoc. 1:20). Es importante notar la diferencia que Juan establece entre los siete candeleros y las siete lámparas. Los candeleros son los porta lámparas. Estos representan a la iglesia. En la visión del trono, las siete lámparas representan los siete Espíritus de Dios (Apoc. 4:5). Los siete Espíritus de Dios representan al Espíritu Santo (Apoc. 1:4). En el santuario se establece que el Espíritu Santo mora en la iglesia, o sea, en los que son de Cristo (Rom. 8:9). Los creyentes son templos del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19). Por lo tanto, podemos afirmar que la iglesia es el trono del Espíritu Santo, en el sentido de que el Espíritu Santo mora en la iglesia. En el santuario se lo representa en la iglesia. En Efesios 1:13 se hace claro que los que creen al evangelio son sellados con el Espíritu Santo de la promesa, siendo esa la garantia o anticipo de su herencia (Efesios 1:14). En el libro “La fe Por La Cual Vivo”, pag. 57 dice: “Es a través del Espíritu que Cristo mora en nosotros, y el Espíritu de Dios recibido en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna.” En Juan 14:23 dice: “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, guardará mi palabra; y mi Padre le amará, e iremos a él, y haremos morada con él.” 

¿Significa esto que solo ellos dos moran en el creyente? Con un solo versículo no se hace teología. En Juan 14:16 y 17, Jesucristo hizo claro que el Espíritu Santo estaría y moraría con los discípulos para siempre. Por lo tanto, El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo moran en el creyente por la fe, no solo el Padre y el Hijo.

En Apocalípsis 22:3 se menciona el trono de Dios y del Cordero, pero eso no significa que el Espíritu Santo no tenga trono. En Isaías 66:1 Jehová dice: "...El cielo es mi trono..." Cuando Dios afirma que el cielo es su trono, simplemente afirma que Dios es el rey de todos y que gobierna sobre todos. Esa es la idea que el pasaje conlleva según Salmo 103:19, donde dice: "Jehová estableció en los cielos su trono, Y su soberanía domina sobre todo." El Espíritu Santo mora en el creyente (Rom. 8:9; 1 Cor. 3:19) y de la misma forma, el Padre y el Hijo también moran en el creyente (Juan 14:23), reclamando soberanía sobre aquellos que guardan su palabra. Podemos decir que el Espíritu Santo está entronizado en el creyente, dando testimonio a nuesto espíritu de que somos hijos de Dios (Rom. 8:16).
En el cielo no se menciona el trono del Espíritu Santo por la sencilla razón que de acuerdo al plan de salvación, el Espíritu Santo tiene su centro de operaciones en la tierra. Elena White afirma que: "Desde el principio, Dios ha estado trabajando por su Espíritu Santo a través de instrumentos humanos para la realización de su propósito a favor de la raza caida" (Acts of the Apostles, pag. 53, en Inglés). Desde el mismo momento en que el plan de salvación se puso en vigencia, nuestro planeta se convirtió en el centro de operaciones del Espíritu Santo. "Antes de esto, el Espíritu Santo había estado en el mundo; desde el mismo principio de la obra de la redención había estado moviendo los corazones humanos" (DTG, pag. 622). Por tal razón en el santuario celestial solo se mencionan al Padre y al Hijo.
El Espíritu Santo se menciona, no en un trono, sino con la iglesia. Cada miembro de la Deidad ocupa un lugar de importancia en el desarrollo de este plan. "Acerca del Espíritu dijo Jesús: El me glorificará [es importante notar que Cristo utilizó el pronombre personal "El", para referirse al Espíritu Santo (Juan 16: 8, 13, 14). El Espíritu Santo no es una emanación o fuerza. Es una persona.]
El Salvador vino para glorificar al Padre demostrando su amor; así el Espíritu iba a glorificar a Cristo revelando su gracia al mundo" (DTG, pag. 625).
En Apocalipsis 22:3 dice que en la Nueva Jerusalén estará el trono de Dios y del Cordero. Alguien podría preguntar, y ¿qué ocurrirá con el Espíritu Santo en la tierra nueva? En Apocalipsis 22:17, el Espíritu y la esposa nos invitan a tomar del agua de vida gratuitamente. En Efesios 1:13, 14 dice que fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa cuando creimos y por ende ese hecho es la garantía de nuestra herencia con miras a la redención de la posesión adquirida. Tan pronto creimos al evangelio fuimos sellados con el Espíritu Santo. La palabra arras viene de un vocablo griego en el texto original que significa anticipo o garantía. El don del Espíritu se otorga al creyenteal creyente al convertirse a Jesús, es un anticipo de los bienes venideros. Ahora, en el presente disfrutamos por la fe del nuevo siglo. "Por el Espíritu es como Cristo mora en nosotros y el Espíritu de Dios recibido en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna" (Deseado de todas las gentes, pág. 353). La vida eterna del creyente comienza cuando se convierte a Cristo. La transformación del carácter entonces debe comenzar en ese momento, gracias a la acción del Espíritu Santo (2 Cor. 3:18). No deberíamos esperar que Cristo venga por segunda vez para que tome lugar nuestra transformación,pues allí, el que comenzó la buena obra en nosotros, la culminará o perfecciónará (Filipenses 1:6). Es nuestro deber, como salvados por la fe, "andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne" (Gál.5:16), y por ende, "despojarnos del viejo hombre" (Efesios 4:24). Dirigidos por el Espíritu Santo debemos comenzar a andar como hijos de luz ahora (Efesios 5:8) y a no participar "en las obras infructuosas de las tinieblas" (Efesios 5:11).¿Por cuánto tiempo el Espíritu Santo estará con los hijos de Dios? Cristo dijo: "...para que esté con vosotros para siempre: (Juan 14:16).El Espíritu no nos ayuda ocasionalmente, sino que se prometeque permanecerá en el creyente fiel para siempre. Nos ayudará en la vida cristiana entre tanto y cuando se lo permitamos, y nos sometamos a su voluntad. 

La expresión "sed llenos del Espíritu" (Efesios 5:18) significa: sed controlados por el Espíritu. Según el licor controla las acciónes del borracho, asi el Espiritu debe controlar las acciónes de un cristiano. Para ello, cada día debemos someternos a su control, mientras dura nuestra vida en este siglo malo. En la tierra nueva rendiremos a Dios la obediencia perfecta que rindió Adán antes de la caida, con la promesa de que nunca jamás el pecado se enseñoreará de nosotros. El Espíritu Santo tomará el control absoluto de nosotros sin el impedimento del tentador y de la carne. Estará con nosotros para siempre. Continuará con su pueblo por toda la eternidad. Por tal razón, en el santuario celestial se representa al Espíritu Santo como las siete lámparas (Gr. “LAMPADES”) de los siete candeleros (Gr. “LUXNIAS”) que representan a la iglesia de Dios (Apoc. 1:20; 4:5).